El robo residencial es fácil de evitar porque somos nosotros mismos quienes tomamos las decisiones que aumentan o disminuyen la situación de atractividad de nuestra vivienda para el delito.
Por esta razón se confirma que «el robo» es el delito más fácil de evitar; basta un cambio de mentalidad, una leve modificación de hábitos y alguna pequeña inversión en medidas técnicas para generar la disuasión suficiente contra el intento de ataque.
Robo residencial fácil de evitar
Mi recomendación es concentrarse en comprar -el ruido- y -el tiempo- suficiente como para que al delincuente no le apetezca ni siquiera intentarlo (principio de disuasión contra el robo).
El robo domiciliario habitual (casi el 90% de los casos) viene determinado por la facilidad de acceso y por la facilidad de escape. El resto de consideraciones son mitos y bulos de la seguridad que durante años han ido encontrado acomodo en la mente de las personas pero que carecen de evidencias objetivas. Así pues, es la facilidad de acceso y no la evidencia del botín la que determina la atractividad para el robo domiciliario.
Cuando aceptamos que el delincuente es una persona racional y por lo tanto entendemos que toma decisiones racionales, será cuando estaremos preparados para acomodar nuestro presupuesto al nivel de ruido y nivel de tiempo que necesita nuestra vivienda y nuestra tranquilidad.
Recomiendo visionar este vídeo sobre los sistemas de seguridad para chalets.
El ruido disuade del robo.
Es lógico y normal porque el ruido alerta a propietarios, vecinos y transeúntes por la zona, así que, el delincuente prefiere no tener que realizar ruido o hacerlo cuando menos se note. Un dato muy revelador es que el horario de robo se ha desplazado a horarios de día y días de la semana en lugar de horarios de noche y fines de semana, debido a la menor ocupación vecinal y a que por el día, el ruido, es menos evidencia de un ataque (ojo a este cambio de tendencia).
El tiempo nos mantiene protegidos.
El delincuente quiere entrar cuanto antes porque no quiere ser visto, así que, no le apetece estar mucho tiempo expuesto a ser visto en el rellano de la puerta, ventana o escaparate. Con lo cual, enfocarnos a «comprar tiempo» es otra de las claves de la compra eficiente en seguridad.
El tiempo también se refiere a ¿Cuánto tiempo deseas estar actualizado en tu protección? Pues eso … que tu presupuesto determina si los sistemas tienen mayor o menor grado de obsolescencia en sus prestaciones contra los ataques.
Nunca olvides que en sistemas profesionales de seguridad no existen rebajas … las ofertas siempre esconden menor calidad, mayor obsolescencia y/o cautividad de permanencia.
Tipologías de ataque en los robos de viviendas.
Hay muchas y variadas (también hay muchos bulos). Una vez más, la cuestión es que la limitación presupuestaria decide las tipologías de robo cubiertas y esto vuelve a ser un riesgo ¿Quién es el «crack» que sabe con qué tipología me atacarán? Lógicamente es harto difícil, así que no nos queda otra que procurar cubrir las máximas tipologías posibles de ataque.
En este sentido recomiendo realizar un diagnóstico previo, realizado de forma objetiva y en términos de probabilidad.
El presupuesto en seguridad contra el robo
Mi primera acción con los clientes es hacerles entender que han condicionado su tranquilidad porque han limitado su presupuesto de inversión de forma subjetiva, antes incluso de tener un diagnóstico del riesgo.
Siempre recomiendo que antes de pensar en una limitación de presupuesto, diagnostiquemos la necesidad y el riesgo, después pensemos en cuanto tiempo (años) queremos vivir con la protección actualizada ,y por último, conozcamos cuantas tipologías de ataques existen y cuales tienen alta probabilidad de utilizarse en nuestra vivienda.
Solo cuando disponemos de esta información, es cuando podemos pensar en el presupuesto para determinar si queremos una protección básica, quizás una protección técnica o por el contrario optamos por una protección global y longeva en años. Para mi existen diez conceptos de protección que me ayudan a entender todo el panorama de la seguridad residencial.
Las creencias determinan nuestra protección contra el robo
Esta es otra evidencia «demoledora» que nos enseña la vida.
Nuestro límite presupuestario es normalmente subjetivo y viene impuesto por nuestras creencias, las cuales, están a su vez condicionadas por la suma de bulos, percepciones propias y desinformación que se almacena en nuestra memoria. Si no fuera así, decidme ¿Cómo es posible que una persona regatee 100€ en una instalación y acto seguido se marche a gastar 200€ en algo lúdico o en una prenda de ropa que realmente no necesita?
¿Por qué ninguno de nosotros, nunca hemos regalado una puerta de seguridad o un sistema de alarma como regalo de boda? ¿Existe regalo más emocional, salvo el del viaje de novios, que regalar tranquilidad por años? ¿Cómo es posible que destinemos 40.000€ a un crédito de un vehículo y ni siquiera consideremos que antes están los 7.000€ de la protección global de nuestra vivienda? … y de nuestra familia!
Otra situación típica que me encuentro es a ciudadanos guardando su bicicleta de 2.000€ y otros enseres de valor (cámaras, ordenador, …), mal-protegidos por una puerta acorazada de resistencia 3 minutos, además de mal instalada, sin sistema de alarma en la vivienda y para rematar, con una llave comprada hace 10 años y que hoy es muy, muy fácil de obtener sin control. A veces incluso la bicicleta y el maravilloso equipo de nieve se guarda en el trastero que tiene una puerta cortafuegos de chapa de 0,7 milímetros de espesor que suele abrirse en un tiempo inferior a 1 minuto … además en «zona de trasteros» que es la zona menos transitada por los vecinos.
Y aún así … nos sorprenderíamos de haber sido víctimas de un robo!
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Importante. Cuidado los autónomos que trabajan en casa. Son victimas muy apetecibles porque a muchos, su oficio les obliga a tener cosas de valor en casa y a guardar información por la que se puede pedir recompensa si la recuperas …
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No hacer nada también es tomar una decisión. En este caso, de facilidad para el agresor.