La utilización de cámaras de seguridad para prevenir el delito en el espacio público es una práctica habitual de las administraciones locales, pero su efectividad e idoneidad comienza ya a cuestionarse.
Ofrecemos datos para hacernos reflexionar.
Medidas para prevenir el delito en el espacio público
Enumeramos algunas medidas que son de fácil implementación con un mínimo de voluntad política y un mínimo de consciencia social de la ciudadanía.
- Legales: Ley con endurecimiento de algunas penas.
- Medidas de seguridad por diseño: Diseño del espacio físico con implicaciones directas de urbanismo y arquitectura. Delimitación física del espacio. Vigilancia natural. Iluminación. Mantenimiento. Actividades en la calle tanto sociales y económicas (día y noche). Participación comunitaria.
- Medidas de seguridad por tecnología: Videovigilancia.
- Medidas de recursos humanos: Vigilantes de seguridad. Dotaciones policiales.
Las medidas legales y de diseño son más económicas, disuasorias y menos invasivas con la ciudadanía, mientras que las medidas complementarias de tecnología y de recursos humanos son más costosas, invasivas y menos sostenibles en el tiempo.
Pero indudablemente, para prevenir el delito es necesario utilizar una combinación de estas medidas con la adecuada proporcionalidad dependiendo del sitio y su grado de riesgo o degradación.
¿Seguridad por tecnología o seguridad por diseño?
Mientras que la seguridad por tecnología y las leyes de control se enfocan a perseguir el delito después de la acción, la seguridad por diseño se encarga de prevenirlo. Por lo tanto, si nuestro objetivo es prevenir, el diseño del espacio esta antes que la implantación de la tecnología.
Idoneidad de la videovigilancia en la vía pública
Queremos diferenciar entre efectividad e idoneidad.
Somos conscientes y los datos así lo indican, que una única medida no resuelve un problema tan complejo como el delito, máxime cuando existe muchas tipologías de delito y perfiles delincuenciales donde cada una tiene su componente diferenciador.
Algunos datos, dependiendo del lugar, parecen indicar la baja efectividad de la videovigilancia tanto en la prevención del delito como en la reducción del sentimiento de inseguridad. No obstante, estos datos son claramente insuficientes para poder pronunciarse sobre la idoneidad de la videovigilancia en el espacio público.
¿Qué datos necesitamos para determinar la idoneidad de cámaras en la calle?
Sería muy fácil determinar la idoneidad de cámaras en la vía pública si desde la administración se informara del coste económico de la implantación y policialmente se informara de los delitos resueltos por acción de las cámaras (tipo de delito y cantidad).
Cruzando estos datos con la efectividad en la reducción de delitos y del sentimiento de inseguridad de esta zona y aledaños, se podría establecer un criterio de idoneidad para cada zona.
Efectividad de la videovigilancia en el espacio público
En 2002, Welsh & Farringdon, indicaban cifras de reducción del delito y actos antisociales entorno al 4%. Un porcentaje tan bajo que no permite concluir que esta reducción sea consecuencia directa del sistema de videovigilancia.
En 2009, la Policía Metropolitana londinense indicaba que solo una de cada mil cámaras contribuye a la resolución de casos delictivos, con un coste aproximado de 20.000 libras esterlinas por cada delito resuelto.
Scotland Yard, afirmaba que la videovigilancia en zonas públicas concurridas ha sido un fracaso puesto que solo un 3% de los robos en la vía pública se había podido resolver identificando al delincuente con las imágenes recogidas por las cámaras (Hempel & Töpfer, 2009, p. 158).
Implantación de sistema de videovigilancia en el centro de Málaga.
Fuente: Instituto Andaluz de Criminología. Publicado 2010. Ana Isabel Cerezo Domínguez y José Luis Díez Ripollés.
Después de 1 año de la implantación de 40 cámaras de seguridad en centro histórico de la ciudad de Málaga, no se ha reducido notablemente la actividad delictiva.
- Reducción de delitos 1,9% (Fuente Policial)
- Reducción percepción de inseguridad: 3,6%.
- Aumento del 14% de la actividad delincuencial en calles aledañas. Dato que confirma la hipótesis de un desplazamiento del delito a calles similares cercanas a calles con las cámaras (sobre todo el delito contra el patrimonio), es decir, que las cámaras han generado un claro desplazamiento del delito que sobrecarga las zonas no videovigiladas.
- Un 45% de los comerciantes muestran su satisfacción por la medida ya que consideran que la videovigilancia pública beneficia a sus negocios.
- De los ciudadanos preguntados, el 85% tienen la percepción de que las cámaras disuaden al delincuente.
- No se muestra un claro descenso de la percepción de inseguridad salvo en horario nocturno.
Tipos de delitos denunciados en el área de estudio. Cámaras en las calles.
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Opinión.
Una de las conclusiones extraídas de los datos es que la videovigilancia en el espacio público responde más a una solución política que ayuda a sus regidores a mostrarse activos antes sus votantes y no tanto a una estrategia evaluada para solucionar los problemas de delincuencia.
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¿Qué opinan los expertos sobre la medida más adecuada para prevenir el delito?
Dentro de la estrategia Europea de Regeneración Urbana, desde Angel Olleros Consultoría SL, durante el mes de enero 2023 lanzamos una encuesta en LinkedIn preguntando a los expertos. ¿Qué medida consideras más adecuada para reducir el delito y el miedo al delito en el espacio público?
La encuesta llegó a 9.668 profesionales y estos expertos votaron lo que consideran que sería más efectivo.
Del total de votos, el 34% fueron al endurecimiento de penas. Seguido de un mejor mantenimiento y actividades en la calle (CPTED) con el 32% de votos. Una mayor presencia policial obtuvo el 19% y los sistemas de videovigilancia recibieron el 14%.
Profesionales alcanzados según su cargo:
Profesionales alcanzados por sectores de actividad:
Opiniones de expertos para la regeneración urbana.
En la encuesta, solo era posible contestar a una única medida. Complementariamente se recibieron muchos comentarios indicando que no es posible solventar la delincuencia con una única medida y que debe ser una combinación de varias.
Medidas con el 68% de los votos.
Los profesionales priorizaron medidas menos invasivas como el endurecimiento de penas, el mantenimiento y fomentar las actividades en la calle como las medidas más deseables para reducir el delito y el sentimiento de inseguridad.
Indicaron también que la educación y concienciación deben formar parte de las medidas porque sin un comportamiento debido, ninguna medida técnica, punitiva o coercitiva, conseguirá reducir la delincuencia.
Conclusiones sobre si la videovigilancia previene el delito en el espacio público
La videovigilancia no interviene decisivamente en los patrones criminales, y por lo tanto, no reduce sustancialmente el delito. Tampoco parece reducir significativamente el sentimiento de inseguridad.
«El delincuente que conoce el espacio sabe moverse por ángulos ciegos, suele tapar su rostro y suele acometer la acción delincuencial en los planos, días y horas de peor visibilidad para las cámaras».
¿Dónde son más efectivas las cámaras para videovigilancia?
Todas las evidencias y recomendaciones internacionales indican que los sistemas de videovigilancia pueden contribuir a prevenir cierto tipo de delito (no todos), dependiendo del entorno social y material de la zona.
Pero en general, la videovigilancia es más útil en espacios de baja actividad social y baja vigilancia natural ejercida por las personas, tales como zonas aisladas, aparcamientos, garajes comunitarios y en las habituales avenidas de desarrollos urbanísticos periféricos donde solo existen desplazamientos en vehículos.
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¿Por qué se instalan cámaras en las calles si su efectividad es baja?
Básicamente por dos razones; la ciudadanía tiene la creencia de que son útiles y es una medida visible, de fácil y rápida implantación, que aprovecha el consistorio municipal para mostrar que hace «algo» para prevenir el delito.
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¿Queremos espacios públicos con control panóptico?
Es una pregunta que como sociedad debemos hacernos. El panoptismo (que unos «pocos» controlen a unos «muchos») es paradigmático del sistema carcelario y desde hace varias décadas se ha convertido en una forma de control social bastante arraigada en muchos países, también en España.
Es una medida fuertemente auspiciada por las empresas de seguridad y los políticos locales que ofrece una efectividad muy cuestionable, máxime cuando existen alternativas más sostenibles y sociales.
¿Qué otras medidas podrían aumentar la efectividad de la videovigilancia en la vía pública?
Los datos evidencian que la ciudadanía cree que los sistemas de videovigilancia en el espacio público reducen la delincuencia. Al igual que existe la creencia de que los errores urbanísticos y arquitectónicos pueden solventarse solo con la videovigilancia.
La realidad objetiva es que el adecuado diseño del espacio, la iluminación sin penumbras, fomentar la actividad en la calle y afianzar el sentido de pertenencia son medidas imprescindibles que deben acompañar a cualquier proyecto de videovigilancia para que este sea realmente efectivo.
Las cámaras de vigilancia como moduladores del comportamiento.
Otra creencia que no se corresponde con la realidad objetiva.
Las políticas sociales activas, el adecuado y rápido mantenimiento del espacio y el sentido de pertenencia y soberanía de los residentes genera un mejor comportamiento y recuperación, que la implantación de un sistema de videovigilancia dentro de un espacio ya degradado.
La videovigilancia en la vía pública tiene aspectos negativos.
Por falta de auditorías independientes, el incremento de proyectos, puede aumentar el porcentaje de instalaciones que no cumplan con la normativa de respeto a derechos fundamentales, como la intimidad y la propia imagen. Es claro que se canjean libertades y garantías democráticas por un supuesto control delincuencial.
¿Es sostenible la videovigilancia?
Todos los sistemas de seguridad deben trabajar hacia la sostenibilidad.
La videovigilancia es una solución que requiere aportaciones importantes en consumo energético y baterías. Actualmente no tienen cumplimiento de sostenibilidad en el origen de los materiales, ni en su proceso productivo ni mucho menos en su posible segunda vida, pero hoy en día esta «no sostenibilidad» es inherente a casi todos los dispositivos de seguridad, no solo a las cámaras.
La sociedad no está bien informada.
Según el Centro de Investigaciones Sociológicas, en la España del 2009, el 68% de la población confía en la videovigilancia. De este 68%, un 66% lo hace porque las cámaras les dan sensación de seguridad, el 18% considera que permiten la identificación del infractor y el 15% cree que es una medida para prevenir la delincuencia.
Por otro lado, un 10% rechaza las cámaras, básicamente por la pérdida de privacidad.
En general, la ubicación de cámaras en bancos, comercios, guarderías, colegios y hospitales reciben un apoyo elevado. Sin embargo, se rechaza la instalación de cámaras en lugares de trabajo, bares, restaurantes, zonas de ocio, espacios públicos y edificios residenciales.
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Solo me queda recordar que:
Todos estos datos son referidos al espacio publico. La videovigilancia en el espacio privado puede dar otros resultados y por lo tanto, extraer otras conclusiones.
Este estudio es referido a las aportaciones en prevención del delito, y no se debe obviar que la videovigilancia, si está bien «diseñada y mantenida dentro de un espacio bien diseñado y mantenido», puede aportar evidencias en el «post delito»; en procesos de investigación y judiciales para perseguir el delito una vez cometido.
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Saludos cordiales
JM, Ángel Olleros