La compra de una vivienda es la inversión más cara que realizamos en nuestra vida. Comprar hoy pensando en mañana es la clave para no vivir en una vivienda cara de mantener, incómoda e insegura que además vaya perdiendo valor con el paso del tiempo.
La inversión en la vivienda
Muchas personas miran viviendas sin mirar el desarrollo de la zona en servicios sociales, se preocupan de la estética, del precio y de la financiación y se olvidan de las calidades, la eficiencia energética, el coste de mantenimiento, su posible revalorización y el nivel de seguridad contra la intrusión que ofrecen sus cerramientos.
Y aunque parezca inverosímil, se olvidan de que tendrán que vivir en esa vivienda los próximos años, quizás toda su vida y quizás también su siguiente generación.
Por otro lado, ya sabemos que el futuro cercano, las viviendas revalorizadas serán las que ofrezcan; ahorro, salud, confort y protección contra el robo y los riesgos accidentales. ¿Que haréis todas las personas que hoy estáis adquiriendo una vivienda con calidades del siglo pasado a precio de este siglo?
Viviendas pasivas y seguras
En el siglo 19 la tecnología y nuestro conocimiento ofrecía pocas posibilidades de confort en términos de climatización, protecciones y gestión de aparatos, esto era así y poco se podía hacer. Pero fue durante el siglo XX cuando nos volvimos completamente locos.
Como propietarios (me incluyo), hoy sufrimos la decadencia ética y técnica que la administración, el código técnico de edificación y cientos de constructoras aplicaron durante las décadas de los 80´s y 90´s y no han dejado de aplicar hasta nuestros días. Personalmente me siento estafado pero ya poco puedo hacer.
En aquellos años, se construían casas con una estructura de baja calidad en términos de envolventes (cerramientos, aislamiento, transpirabilidad), es decir, con muchos agujeros por donde se fugaba la climatización y al mismo tiempo entraba aire y partículas del exterior. Si todo esto era poco, «se nos ocurrió», agujerar un poco más nuestro envolvente para llenar nuestro hogar de multitud de aparatos y canalizaciones y así poder tener algo de confortabilidad.
Algo mejoramos eso sí pero el coste de la factura es impagable año tras año.
Ahora ya sabemos que una casa pasiva y eficiente necesita de una envolvente de calidad con una adecuada orientación y selección de los materiales constructivos. Las instalaciones técnicas serán mínimas puesto que no serán tan necesarias. Quizás serán algo más caras en origen pero muchísimo más económicas y confortables en el día a día. De ahí el concepto de casa pasiva.
Lo más sorprendente es que miles de ciudadanos siguen comprando hoy, viviendas de nueva construcción pero con estándares de ayer!
Pero, ¿Qué compramos hoy?
Seguimos comprando viviendas construidas con estándares del siglo pasado y no pensamos en las consecuencias de esta equivocada decisión.
Tres hipotecas de las viviendas siglo XXI
Todos los propietarios que siguen comprando o reformando su vivienda con criterios del siglo pasado, están malgastando su dinero ahora y perdiendo revalorización a futuro.
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Piensa en la siguiente evidencia.
En poco tiempo, el consumo de energía será un consumible de lujo y a precio de oro. Los recursos policiales serán cada vez más escasos para la prevención del delito residencial. Por lo tanto, estas las viviendas serán muy caras de mantener, inseguras y poco atractivas para su venta en unos años.
¿Quién querrá comprar tu vivienda agujereada en el 2030?
(quedan solo 12 años).
No se comprende como miramos la rentabilidad y eficacia para muchas cosas, por ejemplo para adquirir un vehículo y no miramos en absoluto la seguridad eficiente de nuestra mayor inversión en la vida.
¿Cuánto cuesta tu vivienda realmente cada año?
¿Cuánto envejece tu vivienda cada año?
¿Cuanto reducirá su precio tu vivienda en 10 años?