Desde hace un tiempo a esta parte, estoy publicando artículos referidos al cambio de modelo en el diseño de las protecciones contra la delincuencia porque es muy importante para los consumidores que se actualice el modelo actual de comercialización y diseño de los sistemas de seguridad.
Este cambio de modelo lo protagoniza la Seguridad por Diseño , que adelanta por la izquierda y a gran velocidad, a la «Seguridad por Tecnología».
El concepto de alarma paquetizada queda relegado al gran volumen de pisos y para consumidores que buscan inmediatez, placebo y no les importa asumir riesgo, mientras que estudios de arquitectura, inversores inmobiliarios, ingenierías de prestigio y algunos sellos de calidad en la construcción sostenible, se afanan por cambiar su modelo de diseños para dar respuesta a consumidores que buscan efectividad a través del ecodiseño y de la sostenibilidad de sus inversiones.
Proyectos de seguridad; desde el Diagnóstico hasta la Implementación:
A los nuevos modelos de seguridad, lo que los hace superiores al resto es que tienen una tecnología más avanzada, son configurados por técnicos con mayores conocimientos, son usados por usuarios que atesoran mayor concienciación en el uso de sistemas de seguridad, sus funcionalidades se complementan con hábitos concretos, los cuales, aumentan su efectividad, y sobre todo, son diseñados bajo una metodología específica que mantiene su nivel de efectividad en cada fase de la ejecución.
¿Por qué no son efectivos los actuales sistemas de alarmas y videovigilancia en chalets?
Se estima en solo un 18% (sobre 100%), la efectividad de los proyectos actuales en viviendas premium tipo chalets individuales. Este porcentaje mejora en – pisos en bloques en altura dentro de urbanizaciones cerradas-, puesto que el delincuente tiene menos posibilidades de accesos diferentes y los dispositivos están instalados en interior de las viviendas, dentro de un entorno no agresivo.
Para los chalets con parcela, los diseños de seguridad tienen que asumir lo que se conoce como el «entorno hostil para elementos electrónicos». Me refiero a; oclusiones del terreno, vegetación, iluminación inadecuada, deslumbramientos naturales del sol, reflejos de piscina, cambios bruscos de temperatura, tormentas, niebla, animales, etcétera. Lógicamente, este entorno hostil genera multitud de fallas e ineficiencias en los dispositivos electrónicos y de ahí su baja efectividad.
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¿Es posible alcanzar porcentajes del 60% de efectividad? Rotundamente si, pero NO con los modelos de seguridad actuales. Se puede incluso, dependiendo de la metodología que se aplique, llegar al 88% de efectividad, dejando un 12% a imponderables de sistemas, uso y habilidades especiales del delincuente.
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Los consumidores no están preparados para usar sistemas de seguridad
Los datos muestran que con más de 70 millones de saltos de alarma anuales, solo el 0,2% son intrusiones reales (140.000 intrusiones cada año), lo que significa que los sistemas electrónicos de detección de intrusión generan un 99,8% de ineficiencias (aproximadamente).
Ineficiencias que las empresas de seguridad privada gestionan con operarios de bajo salario, baja motivación y alta rotación en el puesto. (Este es otro gran problema del modelo de insostenibilidad actual).
Cifras oficiosas de algunos cuerpos policiales, estiman que el 60% de estas ineficiencias son errores de uso generados por los propios usuarios, y el resto, otro 39%, es generado por la insuficiente calidad de los dispositivos, su instalación y su configuración final.
Algunas empresas Centrales Receptoras de Alarmas (C.R.A.) sitúan este porcentajes en 70% (errores de usuarios) y 29% errores de las empresas instaladoras de seguridad.
¿Tienen la culpa los consumidores, de este mal funcionamiento?
Los datos indican que efectivamente, los usuarios son los que generan el mayor porcentaje de ineficiencias, pero conviene profundizar un poco y ver el problema en la raíz.
Haciendo una analogía con un vehículo y con el preceptivo entrenamiento para obtener el carnet de conducir, un sistema de alarma, requiere ser diseñado, instalado, ajustado y mantenido trimestralmente, mientras que un vehículo solo requiere de un mantenimiento anual o bianual.
Un sistema de seguridad electrónica contra la intrusión, alberga mucha tecnología en su interior, pero a diferencia de un vehículo que se adquiere terminado, comprobado y listo para funcionar, el sistema de intrusión se adquiere en componentes sueltos, que deben ser instalados para comprobar su funcionamiento, pero, posteriormente a la compra!!
En la práctica, digamos que adquirimos inmuebles insuficientemente protegidos contra la delincuencia actual (se sitúa entre un 80%-90% de vulnerabilidad dependiendo la promoción) y todo esto, aun conociendo ya sus modus operandi más habituales.
Posteriormente, los propietarios y propietarias que pueden permitírselo, deciden adquirir un sistema inalámbrico de alarma y contratar un servicio de central receptora de alarma (CRA) en la creencia de que estarán suficientemente protegidos. Estos sistemas electrónicos, comprados sin garantía de efectividad, son instalados y ajustados por técnicos con diferente capacitación depende de la empresa, sin una metodología concreta de efectividad y sin un test de ensayo final que determina y entrega por escrito su ratio de efectividad.
En realidad no es seguridad, es bricolaje.
Para culminar con esta secuencia de contrasentidos, el sistema se pone en manos de usuarios no expertos, que además no reciben la suficiente formación para operar con el sistema.
No es de extrañar que los sistemas alberguen fallas, que los usuarios tengan errores de uso, que los delincuentes tomen provecho y que, entre unos y otros, se generen importantes costes a Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, en definitiva, al erario público.
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Lo absurdo del modelo de seguridad actual.
Es absurdo equiparar sistemas y cualificaciones de técnicos tan dispares como si tuvieran la misma efectividad. Y es igualmente inefectivo y altamente costoso, instalar sofisticados sistemas de alarmas con videovigilancia, que a su vez requieren de estrictos protocolos de uso, y ponerlos en manos de usuarios no entrenados y no habituados a estos requerimientos.
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¿Cómo diseñar modelos de seguridad excepcionales contra la intrusión?
Diseñar de forma efectiva es muy sencillo cuando se conoce el objetivo.
Y en la lucha contra la delincuencia, conocemos tanto los modus operandi delincuenciales, como las fallas habituales, así que es solo una cuestión de conocimiento aplicado a un fin en concreto y ganas de hacerlo correctamente. Eso sí, teniendo en cuenta los hábitos de los usuarios y su compromiso con la protección.
Hasta aquí, como digo es muy sencillo, solo basta querer hacerlo.
Pero lo que hace a un sistema pasar de ser efectivo a excepcional, es además, considerar la longevidad de la solución, su coste asociado, su facilidad de uso y su capacidad de disuasión.
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'Cuanto más natural, mayor efectividad y longevidad a menor coste'. Máxima de los modelos de seguridad excepcionales / Angel Olleros. Share on X
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Así pues, si se quiere disfrutar de un modelo de seguridad excepcional, no queda otra que:
- Cambiar el proceso de compra.
- Diseñar de forma natural y duradera (ecodiseño).
- Convertir a los hábitos en la primera línea de defensa.
- Estar entrenados en el manejo de los sistemas de seguridad implantados.
1. Cambiar el proceso de compra de las soluciones en seguridad.
El proceso actual que sigue el consumidor es insostenible, inefectivo y desastroso para sus intereses.
Empujados por la incesante publicidad, los consumidores, adquieren productos paquetizados con elevada obsolescencia y de muy baja idoneidad para las necesidades reales de cada consumidor. Es especialmente preocupante que cuando el sistema de seguridad únicamente se basa en un sistema de alarma paquetizado, los consumidores además tienen que asumir un contrato de cautividad directa o cautividad indirecta.
Los 5 aspectos inefectivos en la toma de decisiones de compra de productos de seguridad:
- Publicidad. Buscan marcas populares, inducidos por la publicidad.
- Autodiagnóstico. Atribuirse la capacidad profesional que no se tiene.
- Precio. Comparar precios “solo”, de la compra inicial sin considerar el total de la vida útil.
- Plazo. Contratar por precio y plazo de entrega puesto que la inmediatez es un valor prevalente.
- Características técnicas. Comparar características técnicas de productos pero sin tener conocimientos técnicos suficientes y sin saber con certeza si estas característica son idóneas para mi singularidad.
Proceso de compra efectiva de larga cola.
Basta con aplicar el modelo de larga cola que se utiliza para decisiones económicas y de alta probabilidad de acierto.
Los 8 aspectos altamente efectivos en la toma de decisiones de compra de productos de seguridad:
- Asesoramiento. Contratar profesionales que realicen estudios personalizados con análisis de riesgos.
- Cualidades benéficas. Concretar el detalle de la efectividad e idoneidad de cada funcionalidad por la que se paga.
- Metodología. Conocer el rigor técnico con el que se realizará su proyecto.
- Precio vida útil. Comparar precios de la compra inicial, obsolescencia y mantenimientos.
- Profesional. Se requiere conocer la cualificación del profesional que les atiende y del que finalmente ejecutará la instalación.
- Garantías. Conocer la “letra pequeña” de contratos, garantías, custodia de la información, empresa y/o personas que les atenderán en el post-venta.
- Efectividad. Determinar el porcentaje de efectividad final que se implementa y quién lo audita.
- Sostenibilidad. Determinar el grado de sostenibilidad de la solución. Tendencia a la “Seguridad Natural”.
Lógicamente el precio y el plazo de entrega es relevante pero solo después de haber considerado estos ocho aspectos de «larga cola».
Reflexión de sentido común: Seguro que no compraríamos un vehículo o contrataríamos a un abogado, únicamente por precio y plazo de entrega, sin tener ciertas garantías de éxito. Tampoco nos someteríamos a un tratamiento de salud por precio y plazo con resultado incierto.
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Lo cual indica que las grandes empresas de seguridad y operadoras de telecomunicaciones que están a la cabeza de la popularidad vendiendo alarmas paquetizadas, tienen tal éxito de ventas porque el consumidor español no está preocupado por la efectividad de su compra en seguridad.
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2. Ecodiseño para diseñar la protección de forma natural y duradera.
Aquí se trata de diseñar con arquitectura, vigilancia natural y hábitos. Y lo que no quede cubierto de forma natural, se cubre aplicando medidas técnicas en anillos concatenados, con sistemas fuertemente basados en la resistencia física, fabricados de forma modular para reposiciones o reparaciones rápidas y de bajo coste-impacto.
«Cuanto más electrónica menos efectividad, menor vida útil y mayor coste total».
En este enlace, te explico más detalles del ecodiseño en seguridad.
3. Diseñar protecciones combinando funcionalidades y sus hábitos asociados.
Cualquier funcionalidad del sistema, sin la activación de su hábito complementario, es en si mismo, una merma de las prestaciones del sistema. Se sabe que un hábito genera una protección, y un «no hábito» genera una vulnerabilidad, que en este caso, es aprovechada por el delincuente.
Los hábitos son más económicos que los dispositivos, generan seguridad natural y elevan las funcionalidades técnicas a la categoría de excepcionales.
Por otro lado y haciendo una analogía con la seguridad de un edificio de oficinas o de una infraestructura crítica, además de sus correspondientes sistemas de seguridad electrónica, suelen disponer de horarios, controles de acceso y vigilantes profesionales, mientras que una vivienda está «sola», y en muchos casos aislada, bien por su ubicación rural o porque la parcela es tan grande que los vecinos colindantes no pueden considerarse como una ayuda.
Aclarada la diferente posición de inicio entre edificios y viviendas, se comprende perfectamente que en un edificio tenga sentido diseñar considerando a la detección y comunicación como principales sistemas, mientras que en una vivienda se requiere diseñar en anillos concatenados, activando hábitos, reforzando la seguridad física para retener al agresor y generando diferentes escenarios de activación de alarma; por detección zonal, forzamientos de puertas y ventanas, corte de líneas, pérdidas de comunicación, etcétera.
Por esta aplastante diferencia entre edificios y viviendas, los hábitos en seguridad residencial son considerados la primera línea de defensa y han sido identificados hasta 98 hábitos.
4. Entrenamiento de los consumidores en el manejo de los sistemas.
Como decía anteriormente, un sistema electrónico como alarmas, cámaras, software, cerraduras electrónicas, etcétera, que requiere de activación. buen trato y mantenimiento, de poco sirve si los usuarios no saben manejar adecuadamente cada una de estas funcionalidades.
Aquí, propongo tiempos recomendados de entrenamiento para usuarios:
- Sistema paquetizado en piso: 30 minutos.
- Sistema personalizado en piso: 60 minutos + simulaciones prácticas de errores habituales + simulación de interlocución con CRA.
- Sistema personalizado en Chalet con detección perimetral: 120 minutos + simulaciones prácticas de errores habituales + simulación de interlocución con CRA + manejo de cámaras + cambio de perfiles de usuarios + activaciones de escenarios + compresión del proyecto.
Conclusiones para diseñar modelos de seguridad excepcionales contra la intrusión
Por mucha calidad «teórica» que atesore un dispositivo de seguridad cuando el fabricante lo testea en su laboratorio, un sistema de seguridad es un conjunto de diferentes dispositivos que son fabricados por diferentes fabricantes y no existe una comprobación única y global.
Mucho menos cuando se trata de sistemas de alarma con videovigilancia en exteriores que a su vez están conectados a CRA. No existe esta comprobación del conjunto y solo es posible cuando el cliente ya ha comprado todo el sistema y lo ha instalado en su vivienda.
Es decir, con el modelo actual, los consumidores son usados como cobayas de laboratorio de las empresas de seguridad.
Por esta razón se determina que un sistema de seguridad no es excepcional en su concepción ya que depende de otros dispositivos físicos y electrónicos, del tipo de vivienda donde se recomiende, de la empresa de seguridad que lo instale y lo configure y del compromiso de los usuarios con la seguridad.
Los «sistemas de seguridad» han perdido su protagonismo para dejar paso a «modelos de seguridad» que combinan; una tecnología más avanzada, configurados por técnicos con mayores conocimientos, usados por usuarios que atesoran mayor concienciación, que sus funcionalidades se complementan con hábitos concretos, y sobre todo, que son diseñados bajo una metodología específica que mantiene su nivel de efectividad en cada fase de la ejecución.
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Espero que os inspire,
JM Ángel Olleros