¿Existen las llaves incopiables? ¿Estamos en una evolución o involución en la seguridad de nuestras viviendas? Te damos las claves para una compra maestra en llaves de seguridad.
Aunque nos fuerzan hacia la intercomunicación mediante el Internet de las cosas y la domótica, la tozuda realidad nos advierte de que en la protección contra el robo en viviendas, las llaves inteligentes y las puertas de seguridad siguen siendo nuestros mejores aliados.
Internet de las cosas -en inglés Internet of things, abreviado IoT-, es un concepto que se refiere a la interconexión digital de objetos cotidianos con Internet. Alternativamente, Internet de las cosas es el punto en el tiempo en el que se conectarían a Internet más “cosas u objetos” que personas. También suele aplicarse este término a si los objetos de la vida cotidiana tuvieran incorporadas etiquetas de radio, podrían ser identificados y gestionados por otros equipos, de la misma manera que si lo fuesen por seres humanos.
Llaves incopiables, evolución o involución en seguridad.
La llave incopiable no existe, al menos en términos técnicos, aunque con ciertas reservas, si que se podría atribuir este término comercial, a algunos sistemas de seguridad que incorporan ciertas barreras de protección para impedir o dificultar la copia de llave no autorizada.
Los que venden llaves electrónicas, tarjetas o mandos, dicen que lo suyo si que es incopiable y más seguro que las llaves mecánicas. Yo contesto que NO es 100% cierto, ya que, la protección contra la incopiabilidad depende por un lado de las características técnicas del sistema y por otro, aún más importante, por los protocolos de control del sistema.
Tanto unas como otras pueden ser fácilmente copiables o no, en función de su protocolo de control de custodia y copia.
En este post desgrano algunos conceptos y mitos que pueden ser de ayuda para tomar decisiones de compra maestra en seguridad.
- Evolución de las llaves de seguridad.
- La obsolescencia como hándicap.
- ¿Qué compro y a quién se lo compro?
- Conclusiones.
Evolución de las llaves de seguridad.
Las llaves de seguridad más sofisticadas y “seguras” del mercado, que protegen nuestras viviendas y empresas cada día, están diseñadas partiendo de una patente de 1.848, diseñada por el americano Linus Yale. Ha llovido mucho desde entonces, y desde luego, las llaves han ido evolucionando para una mayor seguridad y comodidad de uso.
Para evitar que entren en casa tenemos que considerar; la llave, el bombillo, el escudo protector y la propia puerta, es decir, la resistencia contra el ataque físico -mediante taladros, extractores y palancas- y, por otro lado, la protección contra el ataque limpio de habilidad como el método bumping o el protocolo de control de la copia de llave (si te has pasado este enlace, vuelve hacia arriba para comprender acerca de este aspecto tan importante en tu seguridad).
Si controlamos el ataque de habilidad, obligamos al intruso a tener que hacer ruido y a romper físicamente los elementos de protección que tenemos y esto es altamente disuasorio.
Por lo tanto, en un concepto avanzado de protección en capas, todos los componentes tienen su función.
Sin duda, la llave es un eslabón muy importante en esta cadena, porque si conseguimos una copia de la llave, el resto de protecciones se convierten en ineficaces guardianes, y por el contrario, una llave teóricamente muy segura no es suficiente sin el resto de protecciones, porque el delincuente entraría en la vivienda por la fuerza, rompiendo el bombillo o apalancando la estructura de la puerta.
No olvidemos esta cadena de protección en el resto del artículo porque es la esencia de nuestra protección hoy y en los próximos 20 años.
Si conseguimos una copia de la llave, el resto de protecciones se convierten en ineficaces guardianes, y por el contrario, una llave teóricamente muy segura no es suficiente sin el resto de protecciones, porque el delincuente entraría en la vivienda por la fuerza. A esto le llamamos “evita el robo de los tres minutos”.
Futuro de la llave de seguridad mecánica
Centrándonos en la llave de seguridad, motivo inicial de este artículo, reconozco que para el ciudadano es muy difícil reconocer -visualmente-, una llave de seguridad elevada, de una llave sin seguridad, porque ambas son planas, reversibles y tienen fresados parecidos.
Sirva este ejemplo de imágenes … ¿cuál no es de seguridad?
El 80% de los usuarios custodian en sus bolsillos llaves planas con agujeros para sus puertas blindadas. Creen que su llave es de seguridad cuando la realidad es bien distinta.
Aunque la mayoría de fabricantes ofrecen la llamada “tarjeta de seguridad” como control de copia, la realidad es que esta tarjeta ya no es suficiente como control. La seguridad de la llave es mayor cuanto más longeva sea la caducidad de su patente y cuanto mejor sea su protocolo de auditoría de seguridad para la comercialización.
Un elemento determinante en la protección del duplicado fraudulento, es el que la llave disponga de algún elemento móvil cercano a la combinatoria. Esta es una barrera técnica muy difícil de superar para las empresas “no profesionales de la seguridad” que duplican llaves sin control y sin rigor profesional. Además, esta pieza móvil activa, tiene una mejor defensa legal en caso de copia ilegal y ofrece mayor protección ante el imparable avance de las fotocopiadoras 3D.
La tradicional tarjeta de propiedad y control de firma, como único control de seguridad contra la copia no autorizada, se ha mostrado ineficaz y ya no es suficiente.
El otro elemento determinante es el aviso al propietario de que existe un intento de copia o que se ya se ha realizado una copia. Algo similar a los avisos sms que recibimos del banco cada vez que se realiza una compra con tarjeta. La idea es que estemos avisados de lo que ocurre con nuestra llave de seguridad.
Llaves electrónicas mejoran la gestión pero disminuyen la seguridad integral
Fruto de la creencia de que la electrónica mejoraría la seguridad contra la copia de llave, en el año 2000, diferentes fabricantes lanzaron las llamadas “llaves electrónicas y mecatrónicas”, las cuales, son verdaderamente eficaces en el control de acceso de edificios pero no tanto en viviendas.
No han funcionado por su inadecuado enfoque comercial y la inadaptación física de su bombillo -también electrónico-, para poder ofrecer resistencia contra el ataque.
La llave electrónica aporta mayor y mejor gestión –quien entra y cuando ha entrado- pero tiene sus propias vulnerabilidades en el control de copia, rebaja con mucho la resistencia de su bombillo contra el ataque violento, es mucho más cara para el comprador y el sistema requiere de mantenimiento cuasi anual.
Los vendedores dicen que al incorporar electrónica no se pueden copiar …, es un argumento que se desmonta por si solo al ver como estudiantes logran clonar tarjetas RFID, que las bandas organizadas roban coches de alta gama con llaves electrónicas, al conocer el alto ratio de fallas de sistemas electrónicos, o cuando nos dicen que tal o cual base de datos ha sido vulnerada por un ciberataque … en fin … la cuestión no es electrónica o mecánica sino calidad, protección y rigor del suministrador.
Como digo, es una excelente alternativa para la gestión de acceso en edificios pero aún no están adecuadas a las necesidades físicas de las viviendas en España.
Smartphone como seguridad contra el robo
Años después, las empresas de domótica se sumaron a la corriente tecnológica de las “smart cities” para ofrecernos el acceso a través de una aplicación móvil y que nuestro smarphone se convirtiera en nuestra llave de seguridad. Una vez más, la tozuda realidad nos devuelve a la situación de que un smartpone también requiere de un bombillo electrónico o una cerradura electrónica para poder abrir la puerta, y ya sabemos que ambos componentes ofrecen menor resistencia física contra el ataque violento … al menos de momento.
Sin duda la domótica se abre paso por sus evidentes beneficios de confort y gestión de todo tipo de automatismos que tenemos en la vivienda y seguro que es una solución adecuada para viviendas en recintos vigilados 24h con cámaras y vigilantes de seguridad que evitan la acción violenta, pero no todos los ciudadanos viven en urbanizaciones de lujo bien custodiadas, ni la tecnología ha sabido responder dudas como; ¿Quién y cómo se custodian las claves de acceso?, ¿Quién tiene el control de mi protección? ¿Quién accede a mi red?
Un smarphone hace de casi todo pero aún no es la mejor solución para gestionar la resistencia debida de una puerta de seguridad.
Cerraduras invisibles con excelente marketing
Es una evolución complementaria que puede ser de utilidad en el control de acceso pero con el gran hándicap de su instalación. Al ser cerraduras que se instalan en la superficie de la puerta, tipo cerrojo tradicional, su resistencia está condicionada a la tornillería usada y a la robustez de la hoja y marco de la puerta existente, la cual, en muchos casos ya es débil de por si.
Otra consideración muy importante es que estos sistemas, al igual que los cerrojos tradicionales, se ubican solo en un lado de la puerta, dejando el lado de bisagras igual de desprotegido que lo estaba antes. Además, el fabricante americano, recomienda la instalación de 2 cerraduras separadas entre sí … mientras que en España se vende la idea de que con una sola cerradura es suficiente.
Si sumo el coste de 2 cerraduras (650€) y considero que se atornilla con tornillos estándar, sobre el marco existente de madera, el resultado es que malgasto dinero y sigo desprotegido contra el ataque violento.
La obsolescencia como hándicap
La obsolescencia es el gran hándicap de los sistemas de seguridad. Los sistemas mecánicos de llaves mecánicas tienen una obsolescencia de 5 años, las puertas de seguridad certificadas de 10 años y los sistemas electrónicos de 3 años.
Normalmente a mayor cantidad de funcionalidades electrónicas, mayor obsolescencia del sistema.
Que nadie se sorprenda … la obsolescencia existe, es real y es el gran aliado del delincuente, el cual, aprovecha, nuestra dejadez en actualizaciones, para acometer su acción indebida.
¿Es muy costoso reponer un bombillo y escudo de seguridad de 250€ cada 5 años? Sin duda no pero no lo hacemos …
La obsolescencia no es un problema si se tiene el suficiente presupuesto para reponer -actualizar- cada cierto tiempo. Con sistemas electrónicos conseguiremos altas prestaciones pero también asumiendo el coste de su actualización mas corta. Por el contrario, con sistemas mecánicos rebajamos el coste de mantenimiento anual pero también disfrutamos de menos funcionalidades.
La peor combinación de compra es adquirir un sistema anticuado, ya sea mecánico o electrónico. Sin duda conseguiremos un mejor precio en compra pero en poco tiempo quedará obsoleto y habremos vuelto a malgastar nuestro dinero.
Esta es una de las grandes dificultades para el comprador de hoy ¿Cómo detectar que una buena oferta no esconde un sistema ya obsoleto o de pronta obsolescencia?
¿Qué compro? y ¿A quién se lo compro?
Estas son las cuestiones capitales en la seguridad y es donde tenemos que centrar nuestra decisión. Una vez resuelto si queremos gestión domótica o seguridad contra el robo, podemos determinar el sistema que necesitamos: mecánico o electrónico.
Pero ¿Qué es más importante?, qué compro o a quién se lo compro. La tozuda realidad nos vuelve a enseñar que muchas veces no es un problema del sistema, es un problema de la cadena de suministros que afecta tanto a proveedores mecánicos como electrónicos y es aquí donde está la verdadera evolución en la seguridad.
La evolución consiste en que no sea posible conseguir las claves o llaves físicas de los usuarios. Para ello, algunos fabricantes, conocedores de este agujero negro, han puesto en marcha protocolos más restrictivos y auditorias anuales de sus distribuidores para custodiar claves, bases de datos, llaves, mandos o tarjetas de propiedad en sus establecimientos dedicados a la cerrajería o empresas de seguridad. Protocolos que evitan errores, robos de bandas organizadas y el habitual robo interno de empleados cómplices.
Más difícil será que puedan imponer estos protocolos en grandes almacenes de bricolaje, porque aquí manda más el volumen de compra del distribuidor, que las exigencias de seguridad del fabricante en defensa del comprador.
La evolución consiste en que el propietario conozca en tiempo real el número de llaves que se han realizado o intentando realizar de su vivienda o empresa, poder gestionar el nivel de seguridad requerido para el duplicado de llaves e incluso recibir mensajes mediante SMS o email de cada intento o duplicado realizado.
Conclusiones llaves incopiables ¿Evolución o involución en seguridad?
Mi conclusión es que tanto fabricantes como influenciadores e instaladores nos lo ponen muy difícil, obligándonos a decidir entre; la gestión domótica y el confort que nos ofrecen las soluciones electrónicas, o la resistencia física y la disuasión que nos ofrece la cadena de protección en capas; llave-bombillo-escudo-puerta.
Conciliar alta gestión domótica con alta resistencia contra el robo, aún no es posible, aunque la electrónica debe ser una de las innovaciones futuras en la protección de viviendas.
Lo que es incuestionable es que se demuestra que elegir – A quién compro – es tan importante o más, que el producto en sí mismo, y por tanto, el comprador de hoy, debe aprender a preguntar por el protocolo de seguridad y especializarse en saber entender los certificados que le presenten, ya sea de producto electrónico o producto mecánico.
Por lo tanto, existirán ciudadanos que han involucionado en seguridad, adquiriendo un producto con pronta obsolescencia en un establecimiento inadecuado, y también, existirán ciudadanos que han evolucionado en su protección, acertando con su compra.
Hasta que no lleguen nuevos desarrollos, tendremos de decidir si evolucionamos en gestión pero involucionamos en protección contra el robo o viceversa.
Os aporto una gráfica de la vivienda del futuro 2020 en términos de seguridad, confortabilidad y eficiencia energética.