Los sistemas inalámbricos de seguridad, aunque populares por su fácil instalación y conveniencia, esconden un impacto ambiental alarmante que muchos consumidores desconocen.
Este artículo busca informar a consumidores y profesionales del sector inmobiliario sobre los daños económicos y ecológicos de estos sistemas, y propone alternativas sostenibles para mitigar sus efectos.
Detrás de cada dispositivo se encuentra una dependencia masiva de pilas desechables que, si no se gestionan adecuadamente, generan además de emisiones de CO₂, contaminación del agua y daños irreversibles en los suelos.
El problema oculto de las alarmas inalámbricas.
Detrás de la comodidad que ofrecen las alarmas inalámbricas se encuentra una dependencia masiva de pilas desechables, las cuales, si no son gestionadas adecuadamente, generan:
- Altas emisiones de CO₂ derivadas de su producción y transporte.
- Altas emisiones de CO₂ derivadas de reciclado.
- En las pilas abandonadas, además generan contaminación del agua debido a los componentes tóxicos que contienen, como el mercurio y el cadmio y son residuos peligrosos que generan daños irreversibles en los suelos, afectando a ecosistemas y su fertilidad.
Se añade que estos sistemas suelen tener una vida útil más corta y requieren reemplazos frecuentes, lo que incrementa aún más su huella ambiental por la generación de desechos y la necesidad de reemplazos constantes.
Impacto ambiental alarmas inalámbricas.
Hemos realizado un cálculo de alcance conservador generado con el apoyo de una herramienta de inteligencia artificial (IA) que incluye la fabricación, uso y reciclado de sus pilas. El cálculo contempla solo viviendas y no se incluyen sus dispositivos.
Cantidad de pilas de un sistema de alarma inalámbrico.
Consideramos hasta 42 pilas en un piso en bloque, considerando piso en altura, bajos y áticos. Consideramos hasta 66 pilas en unifamiliar adosado. Su desglose es el siguiente:
- 1 x Centralita: 6 pilas.
- 4 x contactos magnéticos con 2 pilas cada uno.
- 2 x Pircam con 4 pilas cada uno.
- 1 x Sirena con 4 pilas.
- 1 x Detector de inhibición con 6 pilas.
- 1 x Detector exterior terraza con 4 pilas.
- 1 x motorización bombillo para cierre automático: 6 pilas.
- En viviendas unifamiliares añadimos 24 pilas para los detectores exteriores.
No consideramos chalets independientes porque no podemos establecer una cantidad de promedio ya que las dimensiones son muy dispares. No obstante estimamos que chalets de 400 metros cuadrados llegan fácilmente a la cantidad de 300 pilas.
Mas de tres millones de sistemas de alarma instalados.
- 1,4 millones de pisos en bloque.
- 600.000 viviendas unifamiliares.
- 351.000 viviendas turísticas (con cerradura inteligente de control de acceso).
- 850.000 viviendas sin conexión a C.R.A.
Cálculo del daño ambiental de los sistemas inalámbricos.
- Alarmas inalámbricas: 134,4 millones de pilas que suponen 1.210 toneladas de CO₂.
- Cerraduras inteligentes: 2,1 millones de pilas que suponen 19 toneladas de CO₂.
- Extrapolación a 10 años: 2,2 mil millones de pilas que suponen 19.600 toneladas de CO₂. La extrapolación a 10 años considera un crecimiento anual del 10% en las ventas de alarmas.
Estas cifras se disparan cuando se añaden las pilas del resto de dispositivos inalámbricos para domótica, incendio y audiovisuales que ya existen en la vivienda.
Equivalencias del daño en términos prácticos.
Las pilas de estos sistemas nos generan dos problemas graves aunque uno es más dañino que el otro. El consumo de CO₂ es considerable, pero la contaminación por pilas abandonadas presenta un desafío mucho mayor, con un impacto ambiental silencioso pero devastador y quizás irreversible.
¿Cuál sería la contaminación por pilas abandonadas?
Se estima que podría llegar a ser 561 millones que suponen el 57% del total. Según la estadística España recicla solo el 43% de las pilas vendidas.
Las cifras de impacto son tremendas; 336 trillones de litros de agua contaminada que equivalen al consumo anual de toda la población española durante 384 años. Y 280 millones de m² de suelo afectado que equivale a afectar la capacidad de producir alimentos para toda la población española durante 29 años.
Tiempo de descomposición de pilas:
- Pilas alcalinas: ~100 años.
- Pilas recargables (níquel-cadmio): Más de 500 años.
- Pilas de botón (litio): ~200 años.
¿Cuál seria la contaminación por emisiones CO₂ de las pilas de los sistemas vendidos?
Hemos calculado emisiones de 19.600 Tn de CO₂ generadas en la fabricación, transporte uso y reciclado. Se añaden las emisiones de las pilas abandonadas (no recicladas) que asciende a 3.500 Tn de CO₂. En total son 23.000 toneladas CO₂.
Le hemos pedido a la herramienta de inteligencia artificial (IA) que realice una equivalencia de estas emisiones para poder comparar con los productos cotidianos que como sociedad queremos reducir.
- 5.000 vehículos diésel funcionando 1 año.
- 9.956.710 litros de gasolina consumidos.
- 6.571.537 kilos de plástico producidos.
- 448 millones de bolsas de plástico fabricadas.
- 16.429 hogares con consumo eléctrico durante 1 año.
La mitigación del impacto de CO₂, requerirá una cifra aproximada de 1.045.455 de nuevos árboles maduros, de entre 10 a 20 años o un bosque de 700 hectáreas con una densidad de 1.500 árboles por hectárea, que equivale a la extensión de 976 campos de futbol.
Contaminación acumulativa. Este impacto se considera contaminación acumulativa, es decir, impactos que no ocurren de inmediato, sino que son el resultado de acumulación durante 10 años.
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«Nos obsesionamos con restringir el diésel y los plásticos, pero seguimos permitiendo que se comercialicen sistemas de seguridad de baja efectividad y altamente contaminantes.»
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¿Cuál es el impacto de los sistemas inalámbricos en la salud?
Los sistemas de seguridad inalámbricos emiten campos electromagnéticos (CEM) de radiofrecuencia similares a otros dispositivos inalámbricos de domótica. Aunque la potencia de emisión de estos sistemas suele ser baja y generalmente se considera segura, la exposición prolongada y la acumulación de múltiples fuentes de CEM en el hogar pueden incrementar la contaminación electromagnética que afecta a la salud.
¿Cuál sería el coste económico al erario público?
Si damos por válidas las cifras anteriores y aplicando precios habituales en este tipo de desastres medioambientales, la cifra asciende a 359.216 millones de euros. Su desglose es el siguiente:
- Mitigación de CO₂: 2,3 Mi€.
- Recuperación de agua contaminada: 336.500 Mi€.
- Recuperación de suelo contaminado: 5.609 Mi€.
- Gestión técnica y administrativa (5%): 17.105 Mi€.
Impacto económico del daño ambiental de los sistemas inalámbricos
Nos preguntamos cuál sería el alcance si todo este dinero se destinara a programas sociales.
¿Cuál sería su equivalencia en programas sociales?
- Educación: Podría financiar la carrera completa y erasmus de 12,8 millones de estudiantes.
- Pensiones: Se podría aumentar en 1.000€ anuales las pensiones durante 40 años.
- Reducción del IVA: Permitiría mantener un IVA reducido del 4% en alimentos básicos durante 100 años.
Equivalencia de utilización en un programa de ayuda al alquiler de viviendas.
Ayuda promedio al alquiler: 3.600€ anuales por beneficiario. Estos 300€ mensuales, podrían cubrir entre el 30% y el 50% del alquiler en muchas regiones de España.
Duración del programa: 10 años. Beneficiarios posibles: 9.978.222 personas por año. (99.782.222 beneficiarios totales durante los 10 años). Reduciría el índice Gini (medida de desigualdad).
La responsabilidad del sector inmobiliario en la contaminación.
¿Seguiremos hipotecando el futuro en nombre de la inmediatez?
Con el déficit de viviendas escalando de urgencia a emergencia, todo apunta a que muchos controles constructivos de un ya deficiente Código Técnico de la Edificación serán flexibilizados. Este escenario, lejos de ser una solución, podría replicar errores históricos del urbanicidio en España.
La elección de sistemas inalámbricos para alarmas, detección de incendios, cierres automáticos y domótica por parte de los consumidores no responde a una preferencia tecnológica, sino a la ausencia de una infraestructura cableada en las viviendas. Una vez que las viviendas están terminadas y habitadas, la instalación de canalizaciones para sistemas cableados se vuelve costosa y complicada, tanto por el impacto económico como por la dificultad en la ejecución de las obras.
¿Por qué no incluyen canalizaciones para sistemas cableados?
Los estudios de arquitectura, promotores inmobiliarios y reformistas son los principales responsables de esta situación. Su irresponsabilidad nos obliga a recurrir a sistemas inalámbricos, que son más propensos a fallos, menos seguros, más caros a largo plazo y mucho más contaminantes.
¿Cuánto les costaría resolver este problema?
48€ por vivienda.
Lo más sorprendente es que la solución es extremadamente económica: 48 euros por vivienda de 120 metros cuadrados. El coste del tubo corrugado para las canalizaciones es de apenas 0,40 euros por metro, lo que convierte esta inversión en un gasto marginal dentro del presupuesto de construcción.
¿Por qué no se aborda este problema?
Existen tres perfiles recurrentes entre los responsables del sector inmobiliario: aquellos insensibles al impacto de sus decisiones, quienes nunca se han planteado el problema y los que, por comodidad, prefieren no actuar. Estos últimos suelen justificar su inacción argumentando que ya cuentan con mediciones informatizadas para sus proyectos y no están dispuestos a adaptarlas, ignorando las consecuencias a largo plazo.
Implantación de una tasa ecológica por cada alarma inalámbrica
25€ por sistema de alarma.
Proponemos una tasa ecológica por sistema inalámbrico de alarma vendido, redirigida a financiar programas de reciclaje, concienciación y mitigación.
- Considera la venta de 20 millones de sistemas de alarma en 10 años.
- Considera varios programas de concienciación.
- Contribuye a financiar programas de reciclaje que aumenten la tasa actual del 43% al 90%.
- Contribuye a financiar nuevos programas sociales.
Conclusiones y soluciones al daño que generan las pilas de los sistemas inalámbricos.
El cambio comienza con elecciones informadas.
Es hora de repensar si es inteligente comprar sistemas inalámbricos que son más inestables, inseguros, contaminantes y costosos en el largo plazo que los sistemas cableados.
Por qué elegir sistemas cableados.
Los sistemas cableados son una elección sensata para quienes buscan seguridad estable, eficiente y a largo plazo. Requieren menos materia prima para su fabricación, embalaje y transporte. Son menos vulnerables a interferencias y sabotajes, necesitan menor mantenimiento y menos intervenciones técnicas, lo que implica menos desplazamientos y costes recurrentes.
Elegir un sistema cableado no es solo una decisión técnica acertada, sino también una inversión sostenible y económica.
Propuestas para un cambio estructural.
Tasa ecológica para sistemas contaminantes.
Una tasa de 25 euros por cada sistema inalámbrico vendido incentivaría decisiones más sostenibles, siguiendo el principio de «quien contamina paga» (Directiva 2004/35/CE). Esta medida compensaría el impacto ambiental y alinearía al sector con las normativas de residuos (Directiva 2012/19/UE y Ley 7/2022).
Precanalizaciones obligatorias en viviendas.
El Código Técnico de Edificación debería exigir la instalación de precanalizaciones para sistemas de seguridad y domótica, al igual que ya sucede con la electricidad y el agua. Esta infraestructura básica facilitaría la implementación de soluciones cableadas desde la construcción o reforma, reduciendo costes y promoviendo prácticas sostenibles.
Si la electricidad y el agua cuentan con infraestructuras básicas, los sistemas de seguridad y domótica deberían tener el mismo nivel de prioridad.
Un cambio de modelo hacia sistemas cableados, integrados desde la construcción o reforma de viviendas, no solo es económicamente viable, sino también ambientalmente responsable y socialmente justo.
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Espero y deseo que esta información os sirva para tomar mejores decisiones.
Saludos Cordiales / JM Ángel Olleros.
Coordinador nacional UNE CTN041/325: Prevención del delito a través del diseño ambiental.
Experto español acreditado por UNE en CEN (European Committee for Standardization) para el grupo de trabajo ISO/TC292/WG6/ Seguridad y Resiliencia.