Un Consumidor con poca información, es víctima del vendedor audaz camuflado bajo el paraguas del perfecto asesor.
Como ciudadanos, tenemos derechos; derecho a la seguridad en términos de prevención del delito y derecho a garantías de evacuación en caso de necesidad. Pero lamentablemente nuestras viviendas y edificios públicos ni se han construido bajo estos derechos, ni tampoco se mantienen actualizados.
Estamos en manos de los grandes empresarios avariciosos que manejan las voluntades, de los desleales funcionarios públicos que se corrompen y de los incompetentes políticos (cuando menos) que actualmente gobiernan en muchos pueblos y ciudades. Sin olvidar a Arquitectos urbanizadores con nula sensibilidad hacia estas garantías.
Por supuesto, también estamos los profesionales del sector que debemos reciclarnos y poner la tecnología, conocimiento y experiencia al servicio del Cliente y no al contrario.
En 25 años de trabajos en seguridad física, he acumulado conocimientos y experiencia que deseo trasladaros para que como consumidores podáis comprar sistemas de seguridad idóneos, pero también, para que proyectistas, urbanizadores, legisladores y direcciones generales realicen sus proyectos con criterios empresariales y criterios para facilitar la cohesión y participación social.
La mayoría de las desgracias son fruto del descuido, pereza, ambición desmedida, desidia en tus responsabilidades, incompetencia, desmotivaciones personales, falta de solidaridad, falta de mentalidad positiva y desinformación. Pocas son fruto de la casualidad o de la mala suerte. A veces, la propia legislación lo consiente al redactar normas de mínimos sin auditorias finales donde empresarios avariciosos ven una oportunidad de hacer negocios, cumpliendo mínimos, aún sabiendo, que en poco tiempo esa mínima calidad bajará aún más por obsolescencia y con el uso, ergo, aumentará el coste de mantenerlo y el riesgo de las personas.
¿Cuántos edificios que visitamos a diario están construidos bajo mínimos y después mal mantenidos? edificios públicos, infraestructura críticas, aparcamientos, colegios, espacios de ocio, centros comerciales, campos de futbol, viviendas, etcétera.
Es el tiempo de las personas, dejando a un lado los grandes beneficios económicos.
Este es mi compromiso, José Miguel